Somos Tania Salamanca e Isabel Belando, somos Técnicos Superiores de
Anatomía Patológica y Citodiagnóstico Nuestra experiencia Erasmus+ ha
sido como postituladas en Marsella, una ciudad al sur de Francia, allí
hemos convivido y trabajado juntas en el Instituto Mediterráneo de
Neurobiología (INMED) durante tres meses,en dicha institución se
estudian las malformaciones en el córtex cerebral
de ratones para conocer la causa de la epilepsia y finalmente encontrar
un tratamiento sin recidivas.
No sabíamos muy bien hacía dónde ir una vez que saliésemos del
aeropuerto, por fin conseguimos llegar a la facultad donde nos
alojaríamos tras tres largas horas de preguntar a desconocidos y
de no saber qué hacer.
Una anécdota de esa misma noche es que, si no hubiera sido por un
concierto en la plaza de enfrente de la residencia, donde
vendían bocadillos, nos hubiéramos quedado sin cenar, ya que los
establecimientos dentro de la universidad cierran sobre las seis.
Nos alojamos en una residencia situada en el campus de la Facultad de
Ciencias de Marsella (Luminy), muy cerca de Les Calanques, un parque
natural con acceso a pequeñas playas bajo la montaña, del cual pudimos
disfrutar en numerosas ocasiones.
En nuestro tiempo libre hemos estado visitando puntos turísticos de la
ciudad y descubrimos lugares que hemos estado recuentando
durante nuestra estancia,como el centro comercial o nuestra
cafetería favorita en Cours Julien (un barrio artístico caracterizado
por su arte urbano). También nos hicimos expertas en coger el metro y el
autobús, ya que la facultad se encuentra bastante lejos del centro.
Además, nos apuntamos a un par de carreras que nos permitieron descubrir
lugares preciosos que no hubiésemos podido encontrar ni con la ayuda de
google maps; como elParc Borely o La Plage donde repetimos visita unas
cuantas veces.
Nuestro día a día durante la semana: Nos levantábamos a las 8:00a.m., ya
que nuestra jornada laboralcomenzaba a las 9:00a.m. Para llegar al
laboratorio nos desplazábamos a pie, estaba a unos 600 metros de nuestro
apartamento, eso sí, ¡vaya unos 600 metros!, todo
cuesta arriba, debido a que el edificio estaba en lo alto de la montaña.
Tras tres horas de estar en el laboratorio, parábamos a comer sobre las
12.00 a media mañana.
Preparábamos nuestra comida en el piso el día anterior e íbamos a comer
allí, aunque no siempre, ya que el campus contaba con una cafetería
donde comíamos cuando no nos apetecía cocinar.
Al principio pensamos que nos costaría acostumbrarnos al horario, ya que
ellos no almuerzan, pero no fue así.
Alrededor de la 13.00 volvíamos a nuestro puesto de trabajo, no había
horarios fijos para nadie, cada uno salía y entraba según el volumen de
trabajo que tuviera ese día. Sobre las 17, o,17.30pm solía terminar
nuestra jornada y cuando salíamos era de noche o estaba anocheciendo.
El resto del tiempo hasta la cena íbamos a la compra, que teníamos que
hacer semanalmente o dos veces a la semana porque disponíamos de un
minifrigo de hotel para las dos, entrenábamos y
estudiábamos.
Durante la semana no solíamos salir al centro ya que a las 18:00h había
ya poca gente en la calle y la mayoría de los locales estaban a punto de
cerrar y para desplazarnos hasta la ciudad
tardábamos una hora... En cambio, los fines de semana los pasábamos
enteros paseando por la montaña, explorando sitios y locales diferentes
y, probando platos típicos de allí.
Durante estos tres meses hemos tenido que afrontar los retos que
conlleva vivir en un país extranjero, pero conseguimos superarlos con
creces, y creemos que eso es lo más importante, aprender a valernos por
nosotras mismas.
Marsella ha sido nuestro hogar, hemos tenido que adoptar una rutina muy
diferente a la que solíamos llevar en nuestras casas, en un país donde
la cultura,aunque no parezca tan distinta, lo es. Estamos orgullosas,
porque la estancia ha sido muy positiva y lo hemos pasado tan bien
adentrándonos en las costumbres de la vecina Francia, que os animamos a
todos a vivir una experiencia Erasmus porque seguro que como para
nosotras será “memorable”.
Bonne chance !
Tania Salamanca Ruiz e Isabel Belando López.
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